El periodo navideño terminó este fin de semana con el Día de Reyes. Es común aprovechar estas fechas para hacer grandes listas de metas a cumplir en el año que arranca. Sabemos que muchas de estas listas incluyen la culminación de proyectos que se habían quedado a medio cumplir, la incorporación de práctica de actividad física, la transformación de rutinas, la dedicación de más tiempo a la familia y los amigos… No obstante, el propósito más importante que podemos fijarnos para este nuevo año es el de velar por nuestra salud mental y aspirar a un bienestar emocional pleno.

La llegada del año nuevo supone un gran momento para cerrar ciclos y deshacernos de aquello que no nos beneficiaba, abrazando así nuevos hábitos de autocuidado que nos permitan evolucionar hacia una mejor versión de nosotros mismos. A continuación, os presentamos algunos pequeños propósitos para este 2024 que pueden propiciar mejoras en nuestra salud mental:

  1. Prioriza el autocuidado personal. Reconozcamos la importancia de priorizarnos y ocuparnos de nuestro bienestar. El punto de partida reside en valorar y reflexionar sobre nuestros deseos y fuentes de felicidad. Destinemos tiempo a actividades que sabemos que necesitamos para estar bien, ya sea descansar, leer, pasear con música, abrazar a un ser querido, visitar a nuestros familiares…
  2. Adopta hábitos saludables en tu alimentación y ejercicio. La actividad física no solo libera estrés, sino que también potencia el bienestar, proporcionando vitalidad y optimismo. La organización de nuestros hábitos alimentarios es igualmente esencial para nutrir adecuadamente tanto a nuestro cuerpo como a nuestra mente.
  3. Rompe con la zona de confort. Aunque nos sintamos cómodos y en control en ciertos entornos, es crucial evitar limitarnos y explorar nuevas opciones que impulsen nuestro crecimiento personal y profesional. Identifiquemos los ámbitos de nuestra vida que requieren cambios y, poco a poco, construyamos las transformaciones que incrementarán nuestro bienestar.
  4. Elimina todo lo que no te aporte. Deshazte de las cargas emocionales y lo negativo que puedan estar afectando tu vida en este momento, ya sean comportamientos, personas o trabajo. Al liberarnos de esas pesadas losas, experimentaremos un alivio gradual.
  5. No temas al fracaso. El temor constante al fracaso nos mantiene aferrados a nuestra zona de confort, pero es crucial valorar los fracasos como lecciones que nos ayudarán a seguir evolucionando.
  6. Solicita ayuda cuando la necesites. La creencia errónea de que podemos controlarlo todo y que somos superhéroes puede conducirnos al agotamiento, tanto físico como emocional. Si nos vemos desbordados, es fundamental buscar ayuda profesional. Aprendamos a no juzgarnos, a aceptarnos tal como somos y a modificar aquello que nos perjudica emocionalmente.

Confiamos en que estos propósitos te sean de utilidad y te inspiren a implementar pequeños cambios en este año que comienza. ¡Adelante!