“TODO AQUELLO QUE NO PUDO HACER  EN SU DEBIDO MOMENTO”

Al poco tiempo de estar trabajando  como terapeuta en un hospital de día, (1999).  Ingresó María.

Historia de María. Cuando consultó María tenía 16 años, vivía en un entorno familiar estructurado, compuesto por sus  padres, y sus tres hermanas.  Ella y su hermana melliza Verónica son tres años mayores de la pequeña, Carmen. “nací una hora después” recuerda María.

Durante su infancia  presenta síntomas obsesivos y dificultad en relaciones con otros niños, María a los doce años, con la pubertad, comenzó a realizar constantes tics,  por lo cual acudió al neurólogo y éste la derivó al psiquiatra, al que abandonó porque según comentó ella hizo que incrementara su sintomatología.  Su melliza se obsesiona con su cuerpo y se esfuerza por adelgazar.  María la sorprende vomitando, guarda el secreto. 15 años: en la familia comenzaron discusiones frecuentes entre ella  y su madre  a raíz de la prohibición “de ir con unas amigas que se aprovechaban de ella por lo inocente que era.”  En esa época había decidido bajar de peso hasta el final. Progresivamente desarrolló una anorexia nerviosa,  por lo cual la llevan a  consulta especializada. Es hospitalizada y pasa luego a hospital de día.

Desde su ingreso fue una chica con constantes ataques de ansiedad, buscando repetidamente la seguridad en su terapeuta y a tener excesiva dependencia de su madre y con el centro de día. Su  evolución fue favorable,  pero  muy lenta. En mayo de 2002 (19 años) finaliza su tratamiento en HD, donde  su sintomatología alimentaria ha remitido y se mantiene estable. En el momento de su alta y en el paso a tratamiento individual  se encuentra trabajando en una empresa por mediación de  su padre, con un horario flexible para María. La red social de María está muy limitada, por no decir nula,  pero ella no quiere salir de casa y relacionarse con gente desconocida, le da mucho miedo e inseguridad. En esta área  me parece importante destacar que a lo largo de sus años de enfermedad ha estado bastante vacía, (desde los 16 años que se le prohíbe ir con su grupo de amigas hasta los 21 donde inicia contacto con las amigas de su hermana melliza). Es importante resaltar que en esta nueva etapa, (ya ha finalizada su adolescencia, 21 años) donde María comienza a salir con su hermana, descubre que ésta mantiene relaciones homosexuales, apareciendo un gran rechazo  por parte de María y llegando a verbalizar incluso que le da asco.

María continuó saliendo con el grupo de las amistades de Verónica, confundida a la vez y recolocando en su cabeza la identidad de su hermana, lo cual le generaba altos niveles de ansiedad. Poco a poco va adaptándose al grupo de su hermana (gente homosexual donde ella no se siente identificada, pero si cómoda y segura). Cuando surgen  situaciones donde tiene que mantener contacto con personas  del sexo opuesto María  no saber actuar, creándole un pánico paralizante cada vez que hay un pequeño acercamiento, y esto le lleva  a una conducta evitativa. (Tuvo una experiencia heterosexual traumática a los 18 años).

También  destaco que durante al tratamiento verbaliza y es consciente que ella siente atracción e interés por el sexo opuesto, pero su pánico es mayor y por ello decide evitar salidas nocturnas en ambientes heterosexuales, incrementando así sus redes sociales con gente homosexual y hasta el punto en el que ella comienza a iniciar relaciones esporádicas y muy dependientes con dos chicas.

Esta etapa para María es muy difícil (mantiene un incremento de sus niveles de ansiedad, elevados tics y reducción de la ingesta alimentaria), puesto que su hermana melliza se distancia de ella (los padres  descubren la homosexualidad de su melliza a través de María). Con la hermana pequeña hay constantes disputas relacionadas con el tema sexual y criticándola en ocasiones duramente por mantener relaciones homosexuales. Los padres comienzan a inquietarse y van descubriendo que María, con una identidad confusa  se refugia  en aquello que le da apoyo y protección (red social homosexual), donde  se va sintiendo más segura pero a la vez alterada debido al gran movimiento familiar. Posteriormente cuando ella tiene 25 años conoce a una chica con la cual inicia una relación más estable, sintiéndose muy protegida y buscando un cuidado que en su momento  posiblemente se lo dio su madre. Destaco importante que en esta época María comienza a distanciar las sesiones (algo que previamente era imposible puesto que ella estaba muy dependiente del trabajo que se realizaba), y a los pocos meses de decidir irse a vivir con su pareja las sesiones son casi nulas.

En la actualidad la relación de María se consolida con un casamiento donde ella mantiene un rol sumiso y su pareja más dominante. Presenta en ocasiones cierto temor a ser abandonada.  Sus relaciones con sus padres se acaban normalizando y su madre aceptando la nueva vida de María, y con sus hermanas vuelven a normalizarse, pero sin mucho contacto.

María se siente feliz pero no descarta que si no hubiera pasado por todo lo que pasó en su adolescencia y entrando en la vida adulta hoy día estaría con una pareja heterosexual. Aunque actualmente se siente muy enamorada de su pareja y con deseo de aumentar la familia en breve.

Esta historia me ha hecho reflexionar y pensar que muchos pacientes durante su trastorno  se encuentran inmersos en su  mundo, aislados de lo que les rodea sin producirles ni la más mínima atracción. Durante los años de la adolescencia es muy importante no olvidar en el tratamiento el abordaje de todas las áreas que rodean al sujeto, puesto que en esa etapa se marcan importante procesos evolutivos en la vida del individuo que luego es muy difícil poder poner a un mismo  nivel  (¿en que momento llega la edad mental a estar a la misma altura de la edad cronológica?). Bien sabemos que estos pacientes cuando van mejorando presentan un retraso en su maduración, posiblemente porque no han vivido aquello que corresponde vivir en una determinada etapa. Me hace pensar que María  no tenía una inclinación homosexual, creo que sus rasgos histriónicos (búsqueda de aprobación, dependiente en exceso, personalidad obsesiva…), y la facilidad con la que se le propuso un acogimiento en el grupo heterosexual, donde sus miedos fueron apaciguados,  hizo que se acomodara y así evitar el enfrentamiento de tantos miedos a tantas cosas nuevas y desconocidas para ella que en su adolescencia pasó por alto.

Igualmente creo que debo  pensar más sobre el caso,  para poder encontrar otros porqués acerca de la relación con su hermana melliza. Me atrevo a decir que su homosexualidad no fue una causa de su trastorno alimentario sino la consecuencia de dicho trastorno durante una adolescencia vacía.

Podría seguir hablando  largo y tendido sobre el recorrido de María en su adaptación en las relaciones interpersonales,  pero me voy a ceñir en aquello que me  hizo reflexionar al final del tratamiento y posteriormente a la hora de abordar el trabajo con otros pacientes.

Fuente:

Eva Dacruz. Psicóloga Clínica.

ABORDAJE DE LA CONFLICTIVA ADOLESCENTE HOY. HOMENAJE A OTTO KERNBERG. Autora: Eva Dacruz Garrido.

Editado por Dr.Gonzalo Morandé. 2013