El nuevo curso académico ya ha comenzado, y con ello, surgen múltiples emociones y expectativas tanto para estudiantes como para docentes. Conforme pasan los años, un tema que ha cobrado mayor relevancia es la salud mental. Sin embargo, aunque reconocemos su importancia, a menudo resulta complicado abordar este tema de manera adecuada en las aulas
Ahora bien… ¿Cómo podemos, como docentes o profesionales, hablar de salud mental con nuestros estudiantes sin caer en estigmatizaciones y asegurándonos de que el mensaje sea constructivo?
- Crear un espacio seguro
El primer paso para hablar de salud mental en las aulas es crear un ambiente de confianza. Los estudiantes deben sentirse libres de expresar sus emociones sin temor a ser juzgados. Los docentes pueden fomentar esta apertura mediante actividades que promuevan la empatía y el respeto mutuo, como discusiones en grupo, ejercicios de mindfulness o incluso asignaciones creativas que exploren las emociones y el bienestar. Establecer reglas básicas de respeto en las discusiones es esencial para garantizar que todos los estudiantes se sientan escuchados y valorados.
- Fomentar el autoconocimiento emocional
Es fundamental enseñar a los estudiantes a identificar sus emociones y cómo éstas influyen en su comportamiento diario. Esto puede lograrse integrando pequeños momentos de reflexión durante las clases. Por ejemplo, se pueden realizar preguntas como: «¿Cómo te sientes hoy?» o «¿Qué tal ha ido tu semana?». Estas preguntas ayudan a los estudiantes a reflexionar sobre su estado emocional y proporcionan una oportunidad para identificar si algo está afectando su bienestar.
- Desmitificar la salud mental
Una de las barreras más grandes al hablar de salud mental es el estigma asociado. En las aulas, es importante dejar claro que la salud mental es tan importante como la salud física. Se puede explicar que, al igual que uno visita al médico por una gripe o un dolor de estómago, es completamente normal y saludable buscar ayuda profesional si nos sentimos abrumados emocionalmente.
También es útil compartir información básica sobre trastornos comunes como la ansiedad, la depresión o los trastornos de la conducta alimentaria, y cómo pueden afectar a las personas de diferentes maneras. Hacer hincapié en que no hay nada de malo en sentirse de cierta manera o en necesitar ayuda es clave para reducir el estigma.
- Modelar conductas saludables
Los docentes pueden ser modelos a seguir al mostrar maneras de cuidar su propia salud mental. Practicar la autorreflexión, hablar abiertamente sobre el estrés y cómo lo manejan, o incluso incorporar pausas activas o ejercicios de respiración en el aula puede ayudar a normalizar el autocuidado.
Además, es importante que los docentes reconozcan sus propios límites y busquen apoyo cuando lo necesiten. Mostrar que incluso los adultos pueden tener dificultades y pedir ayuda cuando lo necesitan es un mensaje importante para los estudiantes.
- Incluir actividades de bienestar en la rutina escolar
Integrar estas actividades puede ser una manera efectiva de cuidar la salud mental de los estudiantes. Ejercicios de respiración, yoga, mindfulness, o simplemente momentos de pausa para desconectar del bullicio del día a día pueden ayudar a los estudiantes a reducir el estrés y mejorar su concentración. Estas actividades no solo benefician la salud mental, sino que también promueven el rendimiento académico al permitir que los estudiantes se enfoquen mejor en sus tareas.
- Saber cuándo derivar
Aunque es importante fomentar el diálogo y la conciencia sobre la salud mental en las aulas, los docentes no deben actuar como terapeutas. Parte de crear un ambiente seguro implica también saber cuándo un estudiante necesita apoyo adicional. Si un docente nota que un estudiante está luchando con su salud mental de manera significativa, es crucial dirigirlo hacia un profesional, como un psicólogo escolar, que pueda brindarle el apoyo necesario y derivar a profesionales especializados en caso necesario.
- Trabajar en colaboración con familias y profesionales
El diálogo sobre la salud mental no debe limitarse solo al aula. Es importante que las escuelas colaboren con las familias para asegurar que los estudiantes reciban un apoyo coherente tanto en casa como en la escuela. También es útil contar con la ayuda de psicólogos y otros profesionales para brindar capacitaciones a los docentes y asegurar que estén preparados para manejar temas de salud mental en el aula de manera adecuada.